Con el regreso a clases, las autoridades deben trabajar con los maestros para que tengan un protocolo de reinicio de actividades.
Este protocolo debe estar basado en el cuidado y expresión de las emociones de los niños, luego de los sentimientos vividos por los sismos en México, considera la organización Mexicanos Primero.
La organización refirió que el Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (SATE) debe aportar la atención a través de supervisores, asesores técnico-pedagógicos, equipos de programas específicos, psicólogos y pedagogos.
Experiencia internacional
La experiencia internacional en materia de desastres naturales, especialmente la de UNICEF, muestra que no es adecuado simplemente reiniciar con las actividades planeadas en el programa oficial sin crear una primera etapa de tranquilidad e identificación, indicó Mexicanos Primero en un comunicado.
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Entre las propuestas para el trabajo psicológico con los estudiantes se encuentra el soporte emocional, esto es, dedicar los primeros días a saber cómo están los alumnos, seguido de la apertura y desarrollo lúdico del currículum (retomar temas del programa que sean pertinentes) y un currículum ajustado a la emergencia, o sea reagrupar las actividades en el calendario para asegurar los aprendizajes clave.
Asimismo, la organización propone los siguientes 10 puntos para los profesores, para enfrentar el regreso a clases tras el temor por lo ocurrido los pasados 7 y 19 de septiembre.
A tener en cuenta
- Saluda con mucha empatía, a cada uno por su nombre, dales la bienvenida.
- Recuerda a lo largo del día: lo importante es que sepan que te importa “Primero Cómo Te Sientes” y que en tu labor “Antes los niños que los ladrillos”.
- Inicia por una canción y una dinámica con movimiento.
- Con los más pequeños, proponles que dibujen lo que vivieron. Con los más grandes, que hagan un relato con lo que pasó a alguien que quieren y que ahora está bien.
- Después, proponer un momento de compartir verbalmente lo que se vivió. Déjales hablar libremente sin interrumpirles. Dales el tiempo necesario para hablar. No les exijas respuestas que no quieran dar.
- Cuando se estén expresando, muéstrales comprensión por sus sentimientos, diciendo, por ejemplo: “comprendo que estés triste”, o “enojado/a”. No desprecies sus sentimientos diciendo: “no estés triste”, “eso ya pasó”, “olvídalo”, “eso no es nada”, “a otros les fue peor”.
- Orienta la conversación con frases como: “¿entonces qué sucedió?”, “¿qué sentiste?”, “cuéntame más…”. Usa una entonación de voz que les invite a expresarse, diles palabras alentadoras. Demuéstrales que hay un interés real por escucharlos y comprenderlos.
- Observa si algunos de tus estudiantes se sienten angustiados o necesitan consuelo, y haz que se sientan acogidos y cómodos. No muestres lástima ni les digas “pobrecita/o”. Si identificas que puede requerir atención especializada, busca después a los papás y reporta la situación al director.
- No mientas ni hagas promesas que no puedes cumplir. No difundas rumores ni des información adicional innecesaria que les pueda angustiar. Puede servir que tú también digas cómo te sientes. Pero tú tienes espacio con otros adultos para desahogarte: no preocupes a los niños.
- Avísales cómo van a ser los próximos días: un proceso gradual. Lo primero que hay que pensar es cómo vamos a sentirnos seguros y tranquilos. Luego, cómo ayudar a otros y la importancia de alimentación, salud e higiene. Después, cómo entender lo que nos pasó en la localidad y el país, y cómo funciona el planeta. Más adelante ya seguiremos el programa oficial, que no “vamos a perder”, sino que vamos a adaptar para lograr lo más importante de este ciclo escolar. Termina de nuevo con actividades artísticas o lúdicas.
Checa también como tranquilizar a los niños en una emergencia.