“Poca gente concede valor a nuestro trabajo”.
No puedo dejar de mirarte, no sabes lo que has crecido y ahí estás diciendo tus primeras palabras, parece mentira que tan solo hace año y medio atrás, mama te dejara en la escuela, ahí estabas tu pequeña, indefensa en manos de alguien que no conocías mientras mamá aguantaba el llanto, sentía tristeza, esa emoción que a veces también sientes y a la que todavía no sabes poner nombre. Abrazo a mamá. “Todo irá bien” , la misma frase que te he dicho tantas veces, cada vez que te caes, enfermas o te enfadas porque algo no va como tú quieres.
Ha pasado año y medio, es increíble todo lo que hemos vivido junto a tus compañeros, cuanto me alegráis el día con todos los besos que recibo nada más llegar a la escuela, no sabéis lo que disfruto con cada uno de vuestros pasos, lo que me duelen vuestras caídas y me enorgullezco con cada uno de vuestros logros.
Hoy estoy cansada, ustedes son pura energía, estar atenta durante la jornada es agotador, a veces me pregunto si habrán recibido todo lo que merecen, no sé si les di suficientes besos y abrazos o si he pasado por alto algo que para ustedes era importante.
No todo el mundo lo sabe, por eso yo te lo voy a contar, la etapa que están viviendo es fundamental para su desarrollo, el conocimiento a veces hace que sienta vértigo, debemos cuidar de cada una de sus emociones, esas que ahora con tan solo mirarlos a los ojos sé que están sintiendo.
Poca gente concede valor a nuestro trabajo. Sé que ahora de todo estos poco entienden, nuestros sueldos están muy por debajo de los otros profesionales de la educación, siendo la etapa de 0-3 años, una de las etapas más importantes de vuestra vida.
Algún día espero que sientan en su trabajo la vocación que sentimos los profesionales que trabajamos cada día con ustedes y la sociedad les valore de manera justa.
Les leo una y otra vez cuentos , se que les encanta, no son simples cuentos forma parte de un proyecto educativo que el equipo de la escuela ha trabajado con cariño y esmero para que aprendan muchas de las cosas que servirán de base en su educación.
Forman parte de una Escuela Infantil, nos llevamos con frecuencia el trabajo a casa, también la preocupación si enferman o acabaron el día disgustados.
Me encanta cuando los veo crecer y vienen a la escuela a contarme que ya saben leer, sobre todo cuando hemos detectado que algo en ustedes no iba bien y pusimos toda la atención para resolverlo, me encanta saber que todo marcha viento en popa.
Recuerden que en la escuela aprendieron a andar, si se sienten tristes vuelvan sobre sus pasos que siempre tendrán mi regazo, pero sobre todo recordar que si se caen levantasen sin mirar atrás como hacemos los profesionales de la educación cada día, es maravilloso seguir creciendo, pero sobre todo luchando por lo que uno cree.
“No os olvidéis de ser felices piratillas”.
Gran ejemplo del verdadero amor de un maestro.