Esta técnica ha dado excelentes resultados en Japón.
Un niño puede tardar diez minutos en terminar una simple operación de matemáticas. Y otros diez largos minutos en decidir si va o no a lavarse las manos. Cada día la historia se repite: media hora para lavarse las manos, 40 minutos para recoger la habitación. Más de 15 para vestirse, los niños llevan su propio ritmo marcado.
Sistema milenario
¿Qué podemos hacer para motiva a tus alumnos y conseguir que los niños hagan sus tareas sin rechistar y en poco tiempo? La respuesta está en el sistema japonés para combatir la pereza conocido como Método Kaizen o regla de un minuto. Es muy sencillo de aplicar. Se trata de destinar un minuto, siempre a la misma hora, a realizar una tarea determinada. ¿Quién no puede hacer algo durante 60 segundos?
Aplícalo y motiva a tus alumnos
Puedes empezar a introducirlo como un reto: “¡A ver si eres capaz de recoger la mesa en un minuto!”. Regalarle un reloj para que controle sus tiempos y esté más motivado. Si se aplica bien, este método garantiza que los pequeños asimilarán ciertas tareas en su día a día sin poner inconvenientes.
Cuando el hábito esté interiorizado y el niño cumpla automáticamente con esa labor es el momento de ir aumentando el tiempo. Cinco minutos, luego diez… así hasta que llegue el día en el que ya no mire el reloj y no piense en cuánto tiempo ha invertido.
El método Kaizen para niños se sustenta en la teoría de que una serie de mejoras continuas y pequeñas es más efectiva que un solo cambio grande. Los pequeños retos diarios son mucho más fáciles de alcanzar y generan, además, mucha satisfacción. Sentimos que avanzamos hacia un objetivo mayor.
Con los niños ocurre lo mismo. Muchas veces les puede la pereza, pero otras se niegan a llevar a cabo una actividad porque piensan que es muy difícil y no van a poder con ella. Sin embargo, si el esfuerzo está dosificado será mucho más fácil enfrentarse a ello.
La regla de un minuto se puede aplicar para crear nuevos hábitos, en el plano académico o para promover hábitos saludables como el deporte o la lectura. Se trata de transmitir a tus hijos que lo importante es avanzar dando pequeños pasos cada día y que con constancia pueden lograr cualquier cosa. ¡Motiva a tus alumnos con este sencillos método!