En esta época tenemos una comunicación tan amplia y con tantos niveles de conocimiento por distintos tipos de medios.
Que hoy en día la diversidad se ve reflejada en cualquier dispositivo, ya quedaron obsoletos los libros, los textos e incluso ir a las bibliotecas. Pues en cualquier dispositivo digital se puede buscar inmediatamente la información sin necesidad de salir de casa o indagar tanto.
Lamentablemente esto genera desidia y apatía, ya que nadie quiere leer o buscar y mucho menos indagar en la información. Solo con buscar el título de la tarea, copiar y pegar la información se cree que ya se hizo, sin consultar fuentes ni saber si realmente es un tema de investigación.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se estima que viven en nuestro país 39.2 millones de niños, niñas y adolescentes, representando el 32.8 por ciento de la población en general. Mismos que están siendo educados con la tecnología, con un Internet sin filtros y con la apatía de quedarse con lo primero que ven sin investigar más
allá. Pero no todo es malo, claro que se puede aprender, pero si no existe un control los jóvenes se vuelven flojos y con conocimientos superficiales de la información. Ya que la falta de atención de algunos padres de cómo hacen las tareas y que herramientas usan sus hijos provoca que los jóvenes eviten conocimientos útiles dando como consecuencia una mala educación en nuestro país.
Lo correcto sería la unión tecnológica con el apoyo y el control de profesores y los padres de familia, donde más que un medio de información ilimitado, se convierta en un nicho de investigación, pues los medios digitales no son malos, solo existe una mala educación al no contar con un control paternal y al mismo tiempo un apoyo de los profesores por fomentar la lectura y la compresión de la misma.