Al menos cuatro niños, miembros del Club de Futbol Chelsea, del municipio Conurbado de Mérida, fueron atacados.
Los presuntos responsables fueron su entrenador y otra persona más. Ambos están ubicados por la Fiscalía General del Estado (FGE) y serán detenidos en breve, en cuanto se liberen las órdenes de aprehensión.
Las pruebas que realizó la fiscalía a cuatro de los menores de edad resultaron positivas, es decir, se confirmó que los niños sí fueron víctimas del delito.
Los niños fueron sometidos a exámenes físicos y psicológicos por parte de especialistas del Servicio Médico Forense (Semefo), en donde se corroboró que sufrieron abuso sexual y se encontraron coincidencias respecto a las dos personas presuntas responsables. En los cuatro casos se trató de los mismos sujetos.
Se presume que dos niños más del equipo de futbol también fueron víctimas de ese delito, pero aunque se esperaba que sus padres interpusieran las denuncias correspondientes en el Ministerio Público el fin de semana, las familias optaron por no hacerlo.
De acuerdo a información de la FGE, los presuntos agresores sexuales son el entrenador del equipo de futbol Chelsea y un hombre más que no pertenece al club.
Los niños del equipo de futbol no tenían en donde entrenar, por lo que hace unos meses su entrenador Johan “N” pidió permiso a los directivos de la Liga Miraflores para usar su campo de vez en cuando.
El presidente del comité deportivo de la colonia Miraflores, Francisco Espínola Caro, señala que como se trata de un espacio público, no tuvo inconveniente para que esos niños y su entrenador lo usaran para sus prácticas.
De hecho, los invitó a participar en un torneo en el cual, después de cuatro meses de partidos, lograron coronarse hace unas semanas. “Era un equipo llanero como cualquier otro… lograron ganar la final, nunca vimos nada malo en ellos”, dijo.
Cuenta que los niños llegaban a los partidos de futbol en bicicleta o en transporte público y que se notaba que eran de escasos recursos, pues usaban humildes uniformes de color azul. Dijo que rara vez llegaban sus padres a echarles porras en los juegos del campo Miraflores.
“Como cualquier equipo, cuando terminaban los juegos, se sentaban a tomar un refresco con el entrenador en el campo. Eso sí, al final siempre se quedaban los mismos seis o siete chavitos, que luego se iban con él”.
La liga de verano inició hace tres semanas y, de nueva cuenta, el entrenador inscribió al equipo de futbol, cuyos integrantes asistían de manera regular a los partidos, sin ningún inconveniente.
La semana pasada, relata el organizador del torneo, recibió un mensaje del entrenador, quien pidió que se pospusiera el partido del viernes, argumentando que los niños tenían un compromiso deportivo en el estado de Campeche. “Me llevé tremenda sorpresa, porque el pasado fin de semana nos enteramos en la prensa que lo están buscando por abusar sexualmente de unos niños, nunca lo imagine”, dice Espínola Caro.
El responsable del comité deportivo relata que los propios niños decían venir de Kanasín y algunos otros de colonias populares del oriente de Mérida, como Vergel y San Antonio Kaua.
“De vez en cuando venían al campo de la Miraflores a entrenar, aproximadamente sólo mes y medio lo usaron en forma, pero a los partidos de la liga nunca faltaban, hasta que se coronaron. Es muy lamentable lo que pasó con ese señor y los niños del Chelsea, pero nosotros no tenemos nada que ver”.
De las víctimas del entrenador se sabe muy poco. Se presume que viven en una ex hacienda de Kanasín que se llama San Pedro Nohpat, pero los pobladores permanecen herméticos, nadie quiere hablar de lo sucedido.
Por lo pronto, los vecinos de la colonia Victoria, donde vivía el entrenador, señalan que pocas veces lo veían en su casa, pero que de vez en cuando llegaba acompañado de algunos de los niños del equipo. Les tomó por sorpresa la movilización de elementos de la fiscalía el pasado fin de semana.
Al momento del operativo, el entrenador no estaba en el lugar; se presume que al enterarse de las denuncias en su contra huyó de la casa, la cual rentaba. Los dueños del inmueble acudieron a las instalaciones de la fiscalía para deslindarse y dar informes sobre la persona que la habitaba.
La FGE espera que en breve se emita la orden de aprehensión contra los presuntos responsables.