Es conveniente que la institución educativa tenga un manual sobre las normas de convivencia.
Todos los maestros, en alguna oportunidad hemos tenido que tomar acciones frente a una indisciplina en clase. Y siempre deseamos asumir los mejores caminos para que no se vuelva a repetir de acuerdo con las normas establecidas. Sin embargo, lo más aconsejable es seguir siempre un “protocolo” frente a los alumnos desafiantes.
¿Se puede actuar frente a una transgresión de las normas de convivencia sin que se requiera decir ni una sola palabra? Le animamos a conocer esta propuesta.
Qué hacer frente a los alumnos desafiantes
Cuando dotamos a nuestra clase de normas de convivencia, acompañamos (o deberíamos) las normas con consecuencias positivas y negativas por cumplir las normas o no hacerlo.
Sin embargo hay una regla de oro que solemos distraer y es la siguiente: No pares de enseñar cuando un alumno desafiante se salta una norma. Como maestros, nuestro deber es enseñar a la mayoría de la clase que sí está cumpliendo las normas de convivencia. Las consecuencias tienen que ser administradas inmediatamente y sin parar la lección.
¿Cómo se puede conseguir esto?
Haciéndolo de forma silenciosa utilizando sistemas de consecuencias que no requieran que el maestro diga ni una sola palabra. Además, si aleccionas a un alumno que se ha saltado una norma frente al resto de la clase, le estás dando protagonismo. Lo que quizás estaba buscando en primer lugar. Es decir, estarías reforzando un mal comportamiento. Y como todo comportamiento que se refuerza, este se repetirá. Utiliza la palabra para reforzar comportamientos o actitudes que quieres que se repitan mediante alabanzas públicas, pero nunca refuerces aquellos comportamientos que quieres erradicar en tu clase.
El sistema más clásico sería anotar en una pizarra el nombre de alguno de los alumnos desafiantes en una pizarra. Otro sistema alternativo sería dar al alumno un trozo de papel similar a una multa de tráfico. En grados más bajos, funciona muy bien un sistema de colores donde los nombres de los alumnos, escritos en pinzas de la ropa cambian de color según esté siendo su comportamiento.
Si dispones de una pizarra digital, puedes utilizar el sistema Class Dojo, en el que los alumnos ganan puntos cuando repiten comportamientos que quieres que se repitan. No sólo para cuestiones de disciplina, sino también para otros aspectos. Como fomentar el trabajo en equipo o la responsabilidad individual.
A menudo, sobrereaccionamos ante una infracción y montamos una escenita en clase completamente prescindible e improductiva. Perdemos autoridad y creamos dudas ante el resto de alumnos de nuestra capacidad de gestionar bien la clase. Ahórrate un disgusto y utiliza un sistema de consecuencias silencioso. No pares de enseñar ocurra lo que ocurra… ¡a menos que haya un incendio!